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TÍTULO ORIGINAL
Mr. Smith Goes to Washington (Caballero sin espada)
AÑO
1939
DURACIÓN
129 minutos
PAÍS
USA
DIRECTOR
Frank Capra
GUIÓN
Sidney Buchman
MÚSICA
Dimitri Tiomkin
FOTOGRAFÍA
Joseph Walker (B&W)
REPARTO
James Stewart, Jean Arthur, Claude Rains, Edward Arnold
PRODUCTORA
Columbia Pictures
PREMIOS
1939: Oscar: Mejor historia. 11 nominaciones
SINOPSIS
Jefferson Smith, un joven ingenuo e idealista, que parece fácil de manipular, es designado senador. Lo que ignora es que en Washington tendrá que vérselas con políticos y empresarios sin escrúpulos que le harán perder la fe. Sin embargo, gracias a su ayudante, una joven que conoce muy bien los entresijos de la política, protagoniza en el Senado una espectacular y maratoniana intervención en la que, además de defender apasionadamente la democracia, pone en evidencia una importante trama de corrupción. (FILMAFFINITY)

 

Reseña de Mercè Férriz Gil y Francesc Vieta Pascual
 
The names, characters and incidents used herein are fictitious. Any similarity to any name, character or incident is unintentional.
Frank Capra es uno de los directores clásicos al que recurrimos cuando hay necesidad de una dosis extra de esperanza. Sus historias suelen evocarnos cierta sensación de que es posible un mundo que nos haga más felices.
En esta ocasión se trata de la historia de Jefferson Smith, un hombre sencillo de una pequeña ciudad. Es enviado como senador a Washington por un grupo de políticos que quieren convertirle en una marioneta al servicio de sus intereses. Smith iniciará una batalla casi en solitario contra la corrupción y un grupo de senadores sin escrúpulos.
Aunque la película fue rodada en 1939 plantea una realidad que casi un siglo después nos parece todavía muy actual. El film tiene que ver con la tan discutida pérdida de valores. En realidad podría decirse que esos valores perdidos pertenecen a un contexto muy particular: el del espacio-tiempo (e-t) de la esperanza, donde todo está aún por hacer y todo es aún posible.
¿Pero quién es Jefferson Smith? Es el explorador. Lleva el nombre de uno de los Grandes y el más común de los apellidos. Es Perico de los Palotes…. Con cierta dosis de Don Quijote. Bien podría representar aquella parte de nosotros que todavía puede adentrarse en tierras desconocidas con la esperanza y la ilusión de un niño. Por ello los niños le respetan.
La matriz relacional
El Poderoso Taylor o El Hombre sin esperanza. La pérdida total de esperanza parece tener en el ser humano una fuerza de atracción gravitatoria muy potente, que permite atraer a otros hacia ese espacio-tiempo[i]. Un espacio donde la conexión emocional creativa con otro humano ya no se alcanzará nunca más. La desesperanza se compensa con la ilusión de la materia, lo concreto, el yo tengo. Cuando se está desesperanzado las medidas pueden ser desesperadas. Cualquiera de nosotros es susceptible de ser atraído por un ente con tantísima gravedad.
El caballero de plata: Fue un indignado que luchó junto al padre del protagonista y que perdió la esperanza tras el asesinato de aquél. Desde entonces fue sucumbiendo a la gravedad del poder. Ahora es unsenador en la cuerda floja.
El gobernador: Es 100% político. Quiere café para todos. Eso siempre resulta complicado. Sin embargo realiza una simple intervención, casi accidental, pero que condiciona lo que posteriormente se traduce en un verdadero cambio. Puede que este personaje represente un ingrediente implícito necesario para cualquier transformación creativa. Este personaje está, sin siquiera saberlo, receptivo al entusiasmo y la esperanza a través de sus hijos, aún niños.
Clarissa Saunders: Mujer que sabe moverse en la selva del senado. Es una intérprete para el recién llegado. Algo desencantada pero receptiva, aun sin saberlo, a lo que el explorador trae. Sin ella la iniciativa del aquél no podría llevarse a cabo.
Los periodistas: Manejan información que genera opinión pública. Este aspecto denota el paso de los años. Hoy en día la transmisión de la información ya no es patrimonio casi exclusivo de la prensa.
El senado: representa el e-t en el que debería promoverse la presentación y el desarrollo de aquellas iniciativas generadoras de cambios más esperanzadores, es decir, aquéllos que alberguen un mayor número de posibilidades evolutivas.
 
Escenario
El largometraje plantea un escenario inicial en el que acaba de producirse la muerte inesperada de un senador afín a la empresa –deshonesta- del Hombre sin Esperanza y su grupo gravitatorio. Esta circunstancia inesperada en un contexto social político y económico que parece llegar a su límite – históricamente sucede poco antes del estallido de la 2ª Guerra Mundial- abre de nuevo y por un tiempo impredecible un sinfín de posibilidades. Parece existir paralelamente un clima de receptividad al cambio y también de indignación si las cosas siguen como hasta ahora.
El dilema se explicita en dos opciones
Opción 1: seguir como siempre: nombrar al candidato del Hombre sin Esperanza y su grupo gravitatorio
Opción 2: aceptar el cambio que proponen los indignados (convencidos de que los responsables del malestar son los Hombres sin Esperanza y sus grupos orbitales).
La cuestión se resuelve a cara o cruz. Pero la moneda cae de canto. El azar juega aquí un papel digno de ser considerado. Sugiere que incluso en aquellas situaciones extremas donde sólo parece haber dos alternativas hay en realidad otras posibilidades capaces de transformar completamente el escenario. En la película se concreta en la propuesta inverosímil de los niños: nombrar al explorador.
Esta nominación parece finalmente contentar a todos. El l nuevo senador es honesto, inocente, es un novato ilusionado (receptividad esperanzada[ii]), inexperto. No se imagina, ni por asomo, la posibilidad de encontrar falsedad, estancamiento, ansia de poder, corrupción. En el e-t del poder  en el que habitan el Hombre sin esperanza y su grupo orbital todas estas cualidades pueden fácilmente ser confundidas con hacer el ridículo, ser manipulable, simple, tonto. En ese contexto, Jefferson Smith es considerado alguien a quien puede ser tan fácil quitarle un caramelo como a un niño.
 
La historia que se desarrolla.
El explorador Smith llega a la Capital ilusionado, maravillado, de hallarse en el lugar donde se recoge el legado de grandes personas que han inspirado su forma de entender la vida. Sin embargo entiende muy pronto que es un hombre de paja. De hecho lo entiende a una gran velocidad, de golpe, o mejor dicho a golpes, pues la prensa lo presenta al público como un absoluto idiota. A pesar de ello, sigue sintiéndose esperanzado, ilusionado y deseoso de cambiar algo. Tiene una idea sencilla, muy fácil de llevar a cabo. Cree que hallará personas receptivas a su iniciativa….parece tan claro y evidente…y ahora tiene la posibilidad de hablar en el congreso. El propio Caballero de Plata, que lo cree aún un pobre inocente, le alienta para llevar a cabo su proyecto infantil. 
En el largometraje cuando uno tiene un proyecto el procedimiento es el siguiente:
1.     Se presenta en el senado    2. Lo evalúa un comité   3. Pasa al comité de iniciativas
4.     Se modifica   5. Sale a votación   6. Se desestima.
Así de crudo lo plantea Sounders. A pesar de ello, ayuda a Smith a redactar el proyecto
La idea sencilla del Explorador es la crear un lugar- el campamento juvenil- donde por unos meses los más jóvenes puedan contactar con aquellas condiciones humanas que permiten pensar en el futuro con mayor esperanza. O también podríamos decir que Smith pretende ofrecer a los chicos del país una experiencia resiliente.
 El modo en el que el film resuelve el destino de un proyecto, de una iniciativa, nos hace pensar en el funcionamiento actual de cualquier organización humana. Lo qué nos preguntamos en este punto es qué iniciativas en nuestro mundo actual, tienen más probabilidad de recibir mayor receptividad, esto es, cuáles saldrán a votación y serán finalmente aprobadas y realmente promovidas.
Las iniciativas sencillas y honestas no siempre resultan ser las que tienen mayor inercia ni ejercen más fuerza de atracción gravitatoria. Pueden, como ocurre en el film, entrar en conflicto con los intereses del Hombre sin esperanza y su grupo orbital.
Caballero sin espada puede pensarse también como una escenificación de la reacción que provoca la honestidad en diversos colectivos humanos. En el congreso, en los niños, en la opinión pública… Es una situación trasladable a la experiencia de cualquier otro colectivo humano actual.
Muchas cosas de la película nos hacen pensar en el momento presente que vivimos Sin embargo, actualmente ya no se trata de malos y buenos, banqueros sin escrúpulos o políticos corruptos. Ahora estamos en condiciones de empezar a entender las fuerzas implícitas que impiden un verdadero cambio evolutivo, un cambio creativo. La acumulación de poder crea gravedades e inercias en la matriz relacional que deberemos ir aprendiendo a contrarrestar[iii].
Una cosa parece clara, si alentamos la receptividad del Hombre o la Mujer sin esperanza que hay dentro de cada uno de nosotros todo seguirá igual, o aún peor, ese movimiento, esa tendencia, adquirirá cada vez mayor inercia.
La crisis que estamos viviendo es en realidad la explicitación de un cambio que ya ha ocurrido. Lo implícito siempre es más rápido que lo explícito, por definición. Algunos dicen que toda crisis representa en realidad una oportunidad. Pues bien, como terapeutas la oportunidad sería entonces la de identificar nuevas fuerzas - hasta ahora implícitas- y aprender a gobernar mejor los cambios que ya han ocurrido. Todo ello con la esperanza de ir encontrando soluciones creativas que consigan ir evitando desajustes bruscos de velocidad en la conexión emocional, pues en ellos debe buscarse el origen de la violencia.[iv]
 

[i] Vieta F. Ferriz, M. (2007) El espacio-tiempo mental: más allá de la relación. CeIR
[ii] Vieta- Ferriz (2011) Receptividad e iniciativa. CeIR
[iii] Vieta- Ferriz, 2011. El Universo Mental. (En preparación)
[iv] Vieta- Ferriz, 2011. El Universo Mental y Vieta-Ferriz. (2011) Receptividad e iniciativa. CeIR

 

 

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